Especialistas del área de la salud discuten los pro y contra de los relojes inteligentes y los riesgos de ofrecer tanto control

No cabe duda alguna que desde que Apple introdujo su Apple Watch, los usuarios comenzaron lentamente a adoptar controles sobre latidos de su corazón, pasos caminados y con las nuevas generaciones, más funciones que se han ido sumando.

Pero también se han sumado otros fabricantes como Fitbit que han aportado con más prestaciones sobre la salud, como el control del sueño hasta el ciclo menstrual, de la mano de apps que manejan las estadísticas.

Hoy el mercado de smartwatches mueve millones, así como millones de usuarios que realizan sus rutinas de trote o de pulso cardíaco en base a la información que le entrega nuestra muñeca a los sensores.

Pero, pese a que para la mayoría de los usuarios son un aporte, e incluso un complemento para la salud, existe una discusión vigente entre los especialistas del área sobre los smartwatches en general y advierten que la creciente cantidad de datos de salud que se presentan a los usuarios puede causar confusión e incluso ansiedad.

En casos extremos, esto puede llevar a que las personas tomen compulsivamente múltiples lecturas de ECG por día…

De acuerdo a un extenso reporte del sitio CNET  analiza el problema y enfatiza que el panorama general es positivo y las entrevistas llevadas a cabo con médicos creen que estos dispositivos «hacen más bien que mal» cuando se trata de la gestión de la salud. Al hacer que los usuarios sean más conscientes de su nivel general de salud y estado físico, los relojes inteligentes y las pulseras de fitness pueden animar a las personas a hacer más ejercicio y mejorar su dieta.

Sin embargo, existe una preocupación creciente de que la presentación cada vez mayor de datos clínicos a personas no capacitadas pueda generar confusión, especialmente a medida que avanzamos hacia datos adicionales como las mediciones de la presión arterial y el azúcar en la sangre.

Los entrevistados concluyen en que es imperioso poder inculcar a los usuarios no estar pendientes cada minuto de los datos de salud, pues se han sabido casos como el de un usuario de Fitbit terminó tomando hasta 20 lecturas de ECG al día, con una ansiedad creciente, porque no entendía que un mensaje que decía que el resultado era «no concluyente» solo significaba que su Fitbit no podía obtener una buena señal.

Empresas como Apple y Fitbit hacen todo lo posible para educar a los usuarios sobre el significado y las limitaciones de los datos, pero muchos sienten que se necesita más.

Y el consenso es que la industria y todos los fabricantes, incluyendo Samsung, Xiaomi, Huawei y otros que venden millones de smartwatches apunten a entregar información puntual con limitaciones en cuánto a latidos del corazón por ejemplo, para que un usuario no se quede pegado pendiente de esas variaciones.

No son un reemplazo de los médicos ni de la medicina, pero si son un buen complemento.

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