Mario Romero.- Con la inclusión de una iMac y un iPad Pro con el chip M1 que usan las MacBook Air, MacBook Pro y Mac mini, el portafolio de Apple con su propio chip no solo se amplía, sino que además de ello se afianza ostensiblemente, dejando solo el remanente de equipos portátiles y de escritorio con el chip Intel, hasta que se agote el inventario, lo que sin duda, es una señal potente para apurar el proceso de transición de una plataforma a otra y Apple, enarbolando su bandera de independencia.
Este escenario abre sin duda una de las mayores interrogantes recientes, pues tomando en cuenta que este año el iPhone será un refresco de lo que se ha visto, con actualizaciones menores y no un rediseño ni menos cámaras totalmente renovadas, bien podríamos asignarle el término de iPhone 12s, todo ello basado en la prolífica y abundante información de los analistas de la industria, más que la generada por los filtradores los que apunta a que los grandes cambios en iPhones se verán recién a partir del próximo año.
Es clave que para el iPhone de este año, sea iPhone 12s o bien iPhone 13 (atentos a ese número que no gusta en la industria tecnológica) Apple si o si lo presente con un procesador actualizado, que tomando en cuenta el actual A14, el cual no tiene rival alguno en la industria, bien podría ser reemplazado por ….. un M1.
Y no es una idea tan alocada, pues tomando en cuenta que existe una crisis de chips en el mundo y que afecta a toda la industria, bien podría Apple evitarse algún bochorno de retrasos, toda vez que su socio ensamblador, la taiwanesa TSMC ha advertido sutilmente que por mucho dinero por anticipado que cuente por parte de Apple, no le garantizará prioridad en la entrega de los eventuales nuevos chips, que siguiendo la nomenclatura lógica, debieran ser los A15.
Y qué hace pensar que un iPhone pueda funcionar con M1? pues el solo hecho de verlo funcionando en un iPad Pro ya da señales fuertes, y a ello le suma el montarlo sobre una iMac, parece ser con ello que Apple ha encontrado la fórmula perfecta de integración, más allá de configuraciones de sistemas operativos.
Además se abre una ventana gigante para que un iPhone pueda usarse por ejemplo, en una Mac como un espejo, al igual que Samsung y Huawei lo hacen con sus DeX y similares.
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