Adiós al litio chileno? … Llega la nueva batería LFP para automóviles eléctricos a un valor ínfimo de fabricar

 

 

Mario Romero.- Entre las décadas de 1880 y 1920, Chile vivió un período de inusitado esplendor producto de la riqueza salitrera que producían las recientemente incorporadas provincias de Tarapacá y Antofagasta en el norte del país, desde donde se exportaba en grandes cantidades a Europa, el cual era usado como fertilizante y en la fabricación de explosivos.

Fue llamado el «oro negro» y el saltire chileno tuvo un rol clave en el desarrollo del país, pero con el devenir de la Primera Guerra Mundial, y nuestro país fue uno de los más afectados.

En 1914, la industria entró en un proceso de incertidumbre debido a una fuerte competencia con los fertilizantes artificiales y  la Primera Guerra Mundial provocó el cierre de los principales mercados agrícolas del salitre chileno: Gran Bretaña, Francia y Alemania.

Además, Alemania, en 1913, se crea el salitre sintético. Como consecuencia, el nitrato natural deja de producirse a gran escala y las inversiones en Chile caen fuertemente. Para 1917, los alemanes del norte ya se encuentran vendiendo sus negocios.

La historia para Chile termina mal, pues el salitre como mineral natural, fue reemplazado por uno artificial creado en Alemania  a un valor nimio, lo que trajo miseria y pobreza al país.

BATERÍAS DE LITIO DIJO?

Más de 100 años más tarde, Chile se muestra al mundo como uno de los países con mayores reservas de litio, el llamado «oro de la nueva era», con las mayores reservas de este mineral ubicadas en el norte del país, en la zona del Salar de Atacama, y su explotación y venta, aún es un lío interno, pues tanto Estado como privados no se han puesto de acuerdo en cómo se extraerá y por tanto, el tiempo pasa y Chile pierde competitividad por falta de visión.

Mayor Reserva mundial de litio Salar de Atacama, Chile

Si bien el litio ha bajado ostensiblemente de precio, lo que ha generado que muchas empresas estén cautas al momento de invertir, probablemente los nuevos hallazgos pongan la lápida a este incipiente y mal aprovechado negocio.

Uno de los mayores negocios de la extracción del litio, es el hecho de que son la base, entre otras, de poder fabricar baterías de litio, pero acá solo se exporta la materia prima.

Bateria LFP

Las baterías de iones de litio llevan años almacenando la energía de los vehículos eléctricos y la tecnología ha avanzado mucho y se ha logrado aumentar su densidad energética y su potencia de carga, reduciendo así los tiempos de espera en los cargadores.

Sin embargo, sus días tal y como las conocemos hoy podrían estar contados. La tecnología basada en electrolitos líquidos estaría cerca de los límites a los que puede llegar y si bien seguirán siendo el estándar de la industria a gran escala durante muchos años, necesitan una renovación.

Precisamente, la tendencia ahora son los electrolitos sólidos parecen la solución idónea a esta necesidad, pero es una tecnología a la que todavía le quedan años para poder ser comercializada.

BATERIAS LFP

Las baterías LFP (La batería LFP (Lithium Ferrum Phosphate) en realidad, baterías de iones de litio que utilizan un electrodo de fosfato de hierro como material catódico y tienen una alta densidad de energía, una larga vida útil y son muy seguras. Por eso, la industria del automóvil ya ha recurrido a ellas.

Esto ha ha llevado a que sea el mercado chino el primero que ha adoptado esta tecnología, razón por la que el 95 % de las baterías LFP se fabrican allí. Cuando Tesla decidió implementarlas en el Model 3 de Autonomía estándar que fabrica en Shanghái fue cuando comenzaron a recibir atención por parte de la industria del automóvil.

 

El último fabricante que ha dicho que recurrirá a ellas es Ford, que las implementará en la versión de entrada del Mustang Mach-E. Smart hará lo propio con la versión más económica del Smart #1. Pero también han anunciado estrategias similares fabricantes tan importantes como Renault o Volkswagen.

En su informe “Global Lithium Iron Phosphate Battery Market, 2021-2028”, la empresa de investigación Fortune Business Insights pronostica un crecimiento espectacular de esta tecnología.

El tamaño del mercado mundial aumentará de los US$10.000 millones  a casi US$50.000 millones en 2028, con una tasa de crecimiento anual del 25,6%.

Las baterías basadas en LFP son más baratas pues u composición química les permite eludir los problemas de la cadena de suministro y los precios inflados del níquel y del cobalto ya que no son necesarios para el cátodo. Al contrario, este está compuesto de materiales de la familia de minerales olivinos, un componente primario abundante en el manto superior de la Tierra.

Y ya el  17% del mercado mundial de vehículos eléctricos ya funciona con LFP.

Habremos llegado tarde como país o bien nunca supimos qué teníamos entre manos?

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