Según un artículo publicado por DF, el subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya, estaría trabajando de manera reservada en un proyecto para crear una empresa estatal de telecomunicaciones, que de acuerdo a las fuentes, su estructura se está definiendo, lo que permitirá ofertar servicios en zonas donde existe escasa o nula oferta”..
Se menciona que existe un equipo estudiando experiencias internacionales que pudieran servir de ejemplo y que ello sirva de base para armar el cronograma.
A diferencia de lo que ofrecen las firmas de telecomunicaciones privadas, el objetivo sería solo estar donde las otras no llegan, ya sea porque no son zonas seguras, están físicamente muy aisladas o porque, comercialmente, no tienen potencial rentabilidad para las firmas.
En Chile operan actualmente ofreciendo servicios de telecomunicaciones privadas, Entel, Movistar (Telefónica), VTR, Claro Chile (América Móvil) GTD y Mundo.
Esta idea, tendrá que esperar el resultado del Plebiscito, pues en una de las propuestas se señala :
“El Estado tiene la obligación de superar las brechas de acceso, uso y participación en el espacio digital, sus dispositivos e infraestructuras. Es deber del Estado promover y participar del desarrollo de las telecomunicaciones, servicios de conectividad y tecnologías de la información y comunicación. La ley regulará la forma en que el Estado cumplirá este deber, así como su participación y la de otros actores en la materia”.
Artículo número 467
Pedro Huichalaf, exsubsecretario del ramo del segundo mandato de Michelle Bachelet, indicó al medio que : “Tenemos el mejor índice de cobertura, servicio y la brecha digital más reducida de la región. Tener una empresa solo para cerrar la brecha o estar en sectores menos de mercado, es complejo, porque no solo tiene que crearse sino tener los recursos para el despliegue de la red y las frecuencias disponibles. Y veo difícil, no imposible, hacerlo en este momento. No veo qué tan relevante y diferenciador sería”.
VALDRÁ LA PENA?
Chile, pese a su geografía, luce los mayores números de conectividad de América Latina, además de ofrecer el costo por mega más barato de todos los países OCDE, y si bien el Estado tiene un rol clave en la cobertura, resulta contradictorio a estas alturas una idea de esta magnitud.
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