Chile debería dejar de imprimir libros y hacer el cambio por tablets con contenido digital gratuito a los escolares

Hace unos días atrás y generando gran revuelo mediático, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) está llevando a cabo  un nuevo estudio de mercado, esta vez sobre los textos escolares, y gracias a una investigación previa, el organismo logró detectar que un texto de similares características puede costar en promedio 29 veces más en el mercado privado que en el estatal, llegando a más de 40 veces en algunos casos.

Según la FNE, gracias al análisis pudo identificar seis razones que, a su parecer, «justifican la realización de este trabajo«. En primer lugar, constató que la compra de textos escolares representa un gasto anual que asciende a unos US$116 millones, por lo que representa un «gasto monetario relevante tanto para el Estado como para las familias cuyos hijos asisten a establecimientos educacionales privados».

La FNE estimó un gasto total de US$64 millones para el año 2018 en el segmento privado, equivalente a $160.000.- mil por alumno (US$ 23,50.-) para las familias que adquieren libros a través de este canal. Si hacemos una simple comparativa, equivale a lo recaudado por la última Teletón.

La FNE afirma que la realización del estudio de mercado «sustenta la hipótesis de falta de competencia«.

Al respecto, el Fiscal Nacional Económico (S), Mario Ybar, sostuvo que «existen espacios tanto en el mercado estatal como privado de textos escolares que no se encuentran funcionando correctamente desde el punto de vista de la competencia, lo que estaría provocando que las condiciones comerciales a las que pueden acceder tanto el Estado como los consumidores no sean las óptimas, lo que sería atribuible a una baja intensidad de competencia en el mercado de textos escolares».

Y POR QUÉ NO PASARNOS A LO DIGITAL?

Una de nuestras grandes carencias como país es la falta de acceso gratuito y de calidad a la Educación, donde Chile expone una enorme desigualdad social y que no existe una segunda lectura para que se lleve a cabo una reforma que apunte gradualmente a darle a los estudiantes el derecho a estudiar gratis y que el Estado (es decir el Gobierno de turno) vele porque ello se cumpla de buena forma.

Al hacer un análisis de las grotescas cifras que año a año nuestro país gasta (porque claramente no es una inversión) en impresión de libros tanto para privados como para colegios públicos, es quizás el momento de que los expertos de todas las áreas, sumando a todos los estamentos de la sociedad, organismos, ONG, ministerios y organizaciones, sumando a empresas privadas chilenas y extranjeras, crear una instancia que permita a los escolares chilenos contar con un dispositivo digital para la lectura de libros, que sea gratis, que no requiera de WIFI y que con ello, se democratice el acceso a la tecnología y más aún, que borre todo aroma a procesos extraños en la concentración de licitaciones.

Sala de Clases Colegio Público en China

LA EXPERIENCA DE EE.UU

He sido testigo, que sin tener que viajar a Finlandia, en California donde lo he visto y conocido en detalle (y otros estados también aplican) el papel es casi una anécdota, y se entregan o iPads o ChromeBooks de distintas marcas, condicionados y adaptados previamente para labores escolares. Este dispositivo es del alumno y se entrega de manera de comodato en colegios públicos y privados, previa licitación pública, informada y transparente.

El sistema funciona, porque hay orden y transparencia.

Si contamos con 26 millones de celulares, tenemos el mayor número de usuarios per densidad de habitante en Facebook con 13 millones de cuentas vigentes, pues creemos que se puede hacer el cambio.

Y Chile requiere hacer el cambio pues no podemos seguir viviendo en la mediocridad del papel o bien dependiendo de que las editoriales determinen precios, toda vez que las materias las entrega el Ministerio de Educación y no las editoriales.

LAS CIFRAS

Datos proporcionados por UNICEF dan cuenta que en Chile existen 12.174 establecimientos educacionales reconocidos por el MINEDUC; de ellos, 5.514 son de dependencia municipal; 5.965, particular subvencionada; 625, particular pagada y 70 corresponden a corporaciones de administración delegada.

La matrícula total de alumnos y alumnas en los establecimientos que imparten educación básica y media es de 3.410.178; en el 53% de los casos los estudiantes acuden a un establecimiento particular subvencionado; en el 38%, a uno municipal; en el 7% a uno particular pagado; y en el 2% a uno de administración delegada.

El número total de matrícula de educación parvularia, incluyendo JUNJI y Fundación Integra, es de 715.578 niños/as; el 10,5% de ellos/as asiste a sala cuna; el 9,8% a nivel medio menor; el 19,4% a nivel medio mayor; el 28,9% a pre kínder; y el 31,5% a kínder.

El número total de matrícula de educación especial es de 158.138 alumnos/as.

El número total de matrícula de educación básica es de 2.001.729; de ellos, un 51,4% son hombres y un 48,6% mujeres.

El número total de matrícula de educación media es de 938.936; de ellos, un 49,6% son hombres y un 50,4% mujeres.

IDEAS O PLAN DIGITAL

Si tomamos un total cerrado de 4 millones de escolares como un todo, lo valorizamos en US$23,50 (que es el actual valor asignado por la FNE por costo de libro),  nos da la cifra de US$94.000.000.- es decir, más de US$30 millones actuales, pero lo gran diferencia de será una sola inversión y gran inversión.

En China puedes comprar una tablet desde US$30.-

TEMA PAÍS

Para dejar de lado el papel del libro y que el Estado cumpla otro papel y rol digital, sería sano y necesario que se cree un organismo único, supervisado por la Contraloría General de la República, que sea integrado por los Ministerios de Educación, Economía, Hacienda y que cuente además con asesorías de organismos como Educación 2020 y otras ONG con vasta experiencia en el campo y que provengan de todo el espectro político y profesional para que entreguen su aporte.

Sume por favor  al Ministerio de RR.EE para que en comitiva (por favor senadores y diputados abstenerse) se reúnan con autoridades del Gobierno Chino, con quienes Chile tiene un sólido TLC y con el total de US$94.000.00.- le proponga a empresas de ese país la compra de tablets, con especificaciones de lectura tipo Kindle de Amazon, que permitan tener espacio suficiente para garantizar el almacenamiento de libros en formatos PDF y otros.

Será rol de los profesores el determinar los contenidos para que estos (sino están digitalizados) se procesen y se dispongan de un servidor para su descarga. Los libros de lectura obligatoria que aún están en papel, deberá ser el Estado el que cumpla el rol de su  digitalización y del mismo modo, del pago de derechos de autor cuando corresponda, acordando fees con las editoriales.

Luego acordar con instancias de UNICEF y empresas que han digitalizado libros, la cesión o cobro ínfimo del material que se descargará por una sola vez y que estará disponible en cada una de las 4 millones de tablets que China fabricará para el Estado chileno.

El pedir una gran cantidad de equipos, garantiza un menor costo unitario, tener respaldo por falla, reposición y más aún, que cada tablet venga con su propio ID, como si fuese un IMEI de los teléfonos, para que así se identifique y se evite su hurto. Es decir, crear un dispositivo que solo sirva para el escolar, y si nos costó entender que las bicicletas de arriendo no se pueden robar, se va a entender que un niño de Arica o de Puyuhuapi, contará con su tablet y tendrá la materia, el libro en su pantalla.

Llevo más de 25 años en esta área, y tras leer este reporte, me recorre la sensación de que nuestro país ha perdido el norte, aún no hacemos desde las autoridades y estamentos, el cambio de switch, y las mismas editoriales que concentran el negocio de libros en Chile, podrían aportar como corresponde en su rol y no verlo solo como un simple negocio.

La educación no lo es.

FUENTE : UNICEF

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