Mario Romero.- Dos de los grandes desafíos de los fabricantes de teléfonos inteligentes, de alta demanda por parte de los usuarios, es mantener un sistema de refrigeración adecuado para evitar el alza de temperatura, así como poder brindar un respaldo de batería más que suficiente.
Si a ello sumamos el nicho de usuarios de teléfonos gamers, las exigencias por cumplirlas se extreman aún más.
Y precisamente, son esas dos premisas, más allá de lo recurrente en todo dispositivo, es lo que se ha planteado el fabricante chino Honor, que le ha dado una vuelta de tuerca a la línea GT, con un re branding y una revisión completa del concepto, ahora bajo la marca WIN.
Y es una apuesta ganadora.
La serie Honor WIN integra un sistema de refrigeración activo directamente en el cuerpo del teléfono, colocando un ventilador de alta velocidad junto al gran módulo de cámara de matriz dispuesto horizontalmente.
A diferencia de la refrigeración por cámara de vapor VC pasiva convencional utilizada por la mayoría de los buques insignia, esta solución activa expulsa activamente el calor, lo que permite un control térmico sostenido bajo cargas pesadas prolongadas.
Honor establece que esto permite al procesador mantener un rendimiento de velocidad de fotogramas completo desde el 100 % de la batería hasta cero, eliminando efectivamente la necesidad de clips de refrigeración externos durante los juegos o las tareas intensivas.
El ventilador de refrigeración también se puede alternar manualmente, lo que le da a los usuarios un control directo sobre el rendimiento y el equilibrio de ruido.
La serie WIN se convierte en el primer teléfono inteligente convencional lanzado comercialmente en entrar en la era de la batería de 10.000 mAh.
Ambos modelos, Honor WIN y Honor WIN RT, incluyen una enorme batería de 10.000 mAh mientras mantienen un grosor de 8,3 mm.
Desde Occidente se espera que Honor se comprometa a venderlos en Europa y América Latina, toda vez que es un nicho en el cual será bienvenida la innovación.







