En un escenario donde la digitalización avanza de forma acelerada y los servicios financieros tecnológicos se posicionan como actores clave de la economía, la importación directa se ha convertido en una alternativa cotidiana para usuarios, emprendedores y pymes que buscan optimizar sus procesos de abastecimiento.
Desde repuestos de alta demanda hasta componentes electrónicos y equipamiento especializado, hoy basta un clic para cotizar, pagar y recibir productos provenientes de cualquier parte del mundo. Sin embargo, esa aparente simplicidad esconde un desafío mayor: comprender los costos reales involucrados en el comercio exterior digital.
El auge del comercio electrónico y la facilidad para operar con proveedores internacionales ha impulsado a muchas personas y pymes chilenas a importar directamente productos desde el extranjero. Pero pese a la mayor accesibilidad tecnológica, aún existen barreras de conocimiento y costos variables que pueden afectar la rentabilidad de las operaciones.
Hace diez años, la oferta para realizar transferencias internacionales se limitaba a bancos y actores tradicionales de remesas que operaban con efectivo, con altos costos y plazos extensos para recibir los fondos en destino. Hoy, el panorama es completamente distinto: existen servicios digitales con tarifas más convenientes y transferencias que se concretan en minutos. Aun así, para quienes nunca han hecho una operación de comercio exterior, el proceso puede resultar desafiante. Una vez superada esa primera barrera, “el proceso es bastante lógico y rutinario”, explican desde CurrencyBird.
Costos ocultos en un proceso digitalizado
Entre los factores que más inciden en los sobrecostos figuran los fletes y la gestión aduanera. Aunque impuestos como el IVA, el derecho aduanero y el seguro son valores relativamente conocidos, los precios del transporte y el trabajo de los agentes aduaneros pueden variar significativamente según el proveedor. Además, no contar con un agente a tiempo puede derivar en gastos extra por almacenaje en bodegas portuarias, un costo que muchos importadores primerizos no consideran en sus cálculos iniciales.
La variable digital que no se ve: el tipo de cambio
La volatilidad del tipo de cambio también influye en los márgenes de ganancia. En un país donde la mayoría de las empresas opera en pesos, variaciones abruptas en el valor del dólar pueden alterar por completo la planificación financiera. Entre las alternativas para mitigar ese riesgo destacan los mecanismos de cobertura, como los contratos forward o la compra anticipada de divisas, que permiten asegurar costos y evitar fluctuaciones inesperadas.
“Por décadas, el dólar ha sido el rey indiscutido del comercio internacional. Esto ha generado un paradigma: si haces negocios con el extranjero, facturas en dólares. Es casi un acto reflejo para muchos exportadores y freelancers”, afirma Sebastián Cabezas, Content Creator de CurrencyBird.

Tecnología financiera: el nuevo puente del comercio global
En un ecosistema digital donde la eficiencia es clave, la tecnología financiera está modificando la lógica con que pymes, freelancers y empresas se relacionan con el mercado internacional. El especialista sostiene que estas herramientas han transformado el panorama, haciendo cada vez más viable operar directamente en monedas locales y reduciendo los costos asociados al uso de divisas extranjeras.
La realidad ha cambiado drásticamente. Hoy es cada vez más fácil y eficiente operar con monedas locales. Esto permite, por ejemplo, que un freelancer chileno que presta servicios a una empresa en México reciba su pago en pesos mexicanos y los convierta directamente a pesos chilenos.
«En la banca tradicional, las transferencias entre monedas suelen pasar por el dólar estadounidense, lo que provoca una doble o triple conversión que encarece la operación. Al operar directamente de peso mexicano a peso chileno, eliminamos ese paso intermedio, simplificando el proceso y reduciendo los costos asociados a las conversiones múltiples”, explica Cabezas.
Hacia un ecosistema más transparente y competitivo
Estos cambios reflejan una evolución en la forma en que pymes, emprendedores y profesionales chilenos participan del comercio global. Aunque las nuevas tecnologías permiten acceder a servicios más ágiles y transparentes, la eficiencia final depende de comprender bien los procedimientos, calcular correctamente los costos logísticos y anticipar los efectos del tipo de cambio.
En un mercado donde la digitalización continúa expandiendo sus fronteras, entender este ecosistema híbrido —logístico, financiero y tecnológico— es clave para competir en un entorno internacional cada vez más dinámico y exigente.






